Advertencia de CARU: Hallazgo de Sustancias Tóxicas en Peces del Río Uruguay

Un estudio realizado por el programa de monitoreo de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) ha revelado la presencia de venenos y sustancias contaminantes en tejidos de peces del Río Uruguay, generando una advertencia sobre la seguridad del consumo. Según el informe, se aconseja que solo se podrían consumir de forma segura dos raciones, o media ración al mes, de pescados del Río Uruguay.

El estudio se centró en especies de boga, dorado, surubí y sábalo, detectando altas concentraciones de policlorobifenilos (PCBs), compuestos prohibidos desde la década del ’80 debido a su toxicidad. Además, se encontraron pesticidas como endosulfan, cuya aplicación es ilegal en Argentina desde 2013. El informe también analizó la presencia de metales no esenciales, mostrando una disminución general en comparación con campañas anteriores, aunque Concepción del Uruguay presentó los valores promedio más elevados.

Puntos destacados del informe:

PCBs Persisten: A pesar de la prohibición, los PCBs persisten en el ambiente y se acumulan en los peces. Se detectaron hasta 33 congéneres en una misma muestra de músculo. Aunque las concentraciones medidas no representarían un riesgo para la supervivencia de los peces, se aconseja precaución en el consumo.

Insecticidas y Herbicidas: Se identificaron 34 insecticidas y 13 herbicidas. Los neonicotinoides y biorracionales mostraron un aumento importante en el último año, sugiriendo la necesidad de monitoreo continuo.

Metales No Esenciales: Se encontró cromo y mercurio en músculo, siendo Concepción del Uruguay la localidad con valores promedio más elevados. En hígado, cadmio, plomo y mercurio fueron los más relevantes.

Recomendaciones: El informe sugiere continuar con el monitoreo de todas las familias de contaminantes, especialmente aquellos que excedieron los niveles permitidos. Se destaca la importancia de evaluar el riesgo para el consumo humano y estudiar posibles efectos adversos en la salud de los peces.

La investigación concluye instando a mantener el Subprograma de Relevamiento de la Ictofauna, reforzando la logística de muestreo y capturas. La evaluación de riesgo para el consumo humano está en marcha, y se recomienda un análisis detallado de posibles efectos adversos en la salud de los peces.

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