La devaluación provocó tal disparada de precios que la pobreza ya alcanzó el 57% en enero último, según proyecciones del Observatorio Social de la Universidad Católica, el mayor centro de estudios privado que se especializa en medida estos indicadores. El último dato oficial del INDEC, correspondiente al primer semestre de 2023, arrojó un 40,1% de pobreza. La situación a diciembre se difundirá recién el próximo 27 de marzo.
La depreciación de la moneda y la escalada sin freno de los precios de productos de la canasta básica hicieron trizas la capacidad de compra de los sectores medios, que rápidamente pasar a engrosas las dramáticas cifras de pobreza en la Argentina.
Así, en los dos primeros meses de gobierno de Javier Milei se produjo tal caída en la capacidad de compra que millones de personas cayeron en la pobreza.
Se estima que casi 27 millones de personas está en esa condición, lo cual plantea numerosos interrogantes sobre si las supuestas bondades del fenomenal ajuste podrán compensar un deterioro socioeconómico récord.
El Observatorio Social de la UCA proyecta que la población en situación de indigencia pasó del 9,6% en el tercer trimestre de 2023 al 14,2% en diciembre de 2023 y al 15% en enero de 2024.
Y el nivel de pobreza subió del 44,7% observado en el tercer trimestre de 2023 al 49,5% en diciembre y al 57,4% en enero.
Los datos están incluidos en el Informe «Estimación de los efectos del Impacto Inflacionario postdevaluación. Escenario a diciembre 2023 y enero 2024″.
El 57,4% es el nivel más alto de la serie iniciada en 2004, cuando fue del 54%.
Proyectado a todo el país habría casi 27 millones de personas pobres, de los cuales 7 millones serían indigentes.
Analistas coinciden en que estos indicadores sociales deben haber retrocedido aún más en febrero porque los haberes de jubilaciones y pensiones se mantuvieron sin cambios con relación a diciembre y enero, no hubo hasta ahora actualización de salario mínimo ni de la prestación por desempleo, hubo aumentos salariales en muy pocos gremios y se agravó la caída de la actividad económica, con un descenso de los niveles de empleo.
Por su parte, hubo aumentos en las tarifas del transporte de pasajeros y los precios de la carne volvieron a subir.