El Padre Daniel Petelín, párroco de la Gruta de Lourdes en Concordia, hizo un crudo análisis sobre la creciente problemática de las adicciones y el narcomenudeo medio de subsistencia en la ciudad. En una entrevista con Radio Ciudadana, el sacerdote expresó su preocupación por la facilidad con la que se accede a las drogas y cómo esta realidad ha permeado las dinámicas familiares, normalizando una práctica que antes estaba más oculta.
Petelín fue contundente al describir la situación: “Son muchas las razones por las cuales la adicción ha crecido. Me parece que hay causas variadas, muchas veces relacionadas con problemas familiares o con el entorno de compañeros. Pero el problema central es que, una vez que se empieza, es muy difícil detenerse. Hoy, la disponibilidad de drogas es tan sencilla como comprar una Coca-Cola en el quiosco. Se encuentran en cualquier lugar, sin esfuerzo”.
Lo que más impacta, según el párroco, es la naturalización del consumo y la preparación de drogas dentro de los hogares. “En otros tiempos, preparar droga era algo reservado a los mayores, quienes trataban de ocultar esta realidad de los más jóvenes. Hoy en día, todos en la familia participan de la elaboración de la droga como algo normal”, señaló. El sacerdote compartió un ejemplo inquietante: “Los niños, los más pequeños, pueden decir: ‘Ahora ya no somos más pobres, porque todos preparamos en casa’. Se sientan en la mesa a embolsar la droga, y luego mi papá la lleva a la casa del vecino por si viene la policía, como si fuera lo más normal, como si estuvieran haciendo tortas fritas”.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales y de los organismos de seguridad, Petelín considera que las medidas no son suficientes para frenar el avance de las adicciones. “Vemos que hay preocupación a nivel de seguridad, y que se están haciendo esfuerzos, pero no alcanzan”, afirmó, señalando la magnitud del problema y la dificultad de encontrar soluciones efectivas.